El multipremiado y reconocido realizador norteamericano Jay Rosenblatt, estuvo en la pasada edición de Play-Doc presentando una retrospectiva de sus películas.

Bienvenidos a PLAY-DOC 2011

En Galicia, donde los pimientos de Padrón saben a gloria y el queso es suave y cremoso, hay un lugar donde alguien puede contestar a la pregunta: «¿dónde has ido esta mañana?» con la respuesta: «’di un paseo hasta Portugal». Es aquí donde cada marzo se celebra un pequeño festival de cine. Es aquí en la ciudad de Tui (una ciudad fronteriza donde ya no hay frontera) donde está Play-Doc: un festival íntimo, un festival cálido y sí, un festival divertido. El nombre lo dice todo. Play (jugar). Doc (documental). A primera vista parece incongruente. Jugar no es lo que te viene a la mente cuando piensas en el cine documental. Y sin embargo funciona. No es que la temática de las películas sea superficial o frívola. Muchos de los documentales son serios, provocativos y edificantes. Tiene más que ver con la atmósfera del festival. Hay un entusiasmo en el ambiente. Un sentimiento festivo. Una sensación de comunión, de comunidad. Solo hay una sala de cine, así que si quieres puedes ver todas las películas. Esto es único y maravilloso. Cuando la vida parece que se vuelve cada vez más dura para muchos de nosotros, necesitamos eventos como éstos que nos ayuden a recordar nuestra humanidad compartida.

Y luego están los invitados, los realizadores. Las películas compiten por un premio pero los realizadores no. En lugar de eso crean vínculos mutuos y comparten comidas, experiencias y trabajos. Mi intuición me dice que todo ello tiene que ver con el cariño y la atención que los directores ponen en el festival, en tu festival. Eso y la comida, el vino y la música, que también ayudan un poco.

Hacer películas no es fácil. Pones el corazón y el alma en ello, junto con un poco de sangre, sudor y lágrimas. Si tienes suerte, el resultado se acerca a lo que habías imaginado. Si por alguna inexplicable razón eres bendecido momentáneamente, el resultado es mejor de lo que habías imaginado. Pero, pese a lo satisfecho que puedas llegar a estar de tu película, la satisfacción total llega cuando ésta se proyecta ante una audiencia. Pero no todas las audiencias son iguales. Algunas son cerradas y otras abiertas. Algunas son hurañas y otras acogedoras. Algunas son poco generosas y otras espléndidas. El público en Play-Doc fue abierto, acogedor y muy generoso.

Como apunte personal, el año pasado, cuando estaba a punto de marcharme de la fiesta de despedida con los organizadores del festival, todo el mundo dejó lo que estaba haciendo y comenzó a aplaudirme. Nunca olvidaré ese momento. Me llegó al alma. Me siento muy afortunado de haber estado en Tui en 2009 y en 2010. Y ahora es un gran honor para mí darte la bienvenida a Play-Doc 2011. Si es la primera vez que vienes, probablemente no será la última. Si ya has estado antes, bienvenido de nuevo. Y si tienes la suerte de que proyecten una película tuya, espero que la experiencia sea maravillosa. Y quizás, solo quizás también vuelvas otra vez...

Jay Rosenblatt